La Alta Velocidad también se ve afectada por la crisis económica, pese al decidido impulso que está recibiendo del Estado como medio de transporte de futuro en España. Hasta ahora los lamentos procedían de otros medios, especialmente del tráfico aéreo, que a lo largo del último año ha sufrido un desplome traducido en Expedientes de Regulación de Empleo un día sí y otro también incluso en aerolíneas potentes.
Pero si la aviación experimentó un desplome del 9,2% respecto al mismo período de 2008, unos 3,5 millones de pasajeros, el ferrocarril no sólo no parece haberse beneficiado -pese a las acusaciones de presunta competencia desleal hechas por las compañías aéreas- sino que también presenta números a la baja. De hecho se suponía que el AVE cubriría el hueco de pasajeros de los aeropuertos y los autobuses interurbanos (otro sector a la baja, con un 2,9% interanual menos) pero el caso es que descendió su ocupación un 7,8% interanual (1,97 millones de pasajeros).
Otra cosa será, es un suponer, cómo evolucione a medida que vayan entrando en funcionamiento las líneas previstas en el Plan de Infraestructuras. Al menos, todos parecen coincidir en demandar ya planes concretos para sus localidades.
